dijous, 24 d’octubre del 2013

UNA GOTA DE AGUA SOBRE LA ROCA, 

 H.G.Quintana



la más reciente novela del escritor cubano residente en Francia Héctor García Quintana, es un libro de cabecera para los amantes de la lectura, sobre todo para los lectores compulsivos; es un canto a la literatura.
Hay diferentes formas de llevar el pensamiento en una novela, no todo es     " planteamiento, nudo y desenlace ", hay otras técnicas narrativas  necesarias para lograr  el final inevitable de como dice Poe: una gota de agua sobre la roca...bella metáfora que da título al libro.
El autor nos explica estas  técnicas narrativas y  de una manera sutil  también propone ejercicios, nos da las llaves para poder asimilar los fundamentos básicos de la escritura literaria ,ser capaces de aplicarla a la lectura y saber interpretarla en cualquier texto narrativo.
Novela difícil de clasificar pero me atrevería  a colocarla dentro de lo que se llama últimamente  " metaliteratura "(estructuras narrativas), que se convierten en tema de la obra ,incluido todo el conglomerado de relaciones intertextuales entre diferentes obras en todo tiempo y lugar.                       
En UNA GOTA DE AGUA SOBRE LA ROCA,el inicio es muy contundente " Es usted demasiado infeliz como para seguir viviendo, ¿ por qué no se suicida ? Dije, y me quedé sin `poder decir una palabra.”
Algunos estudiosos dicen que el inicio de una novela es la parte más importante: si no logra seducir al lector, todo el resto cae. Pero si existieran coleccionistas de inicios de novelas, que los hay, el de éste libro es  para ellos.
Una máxima de

H.G.Quintana en el texto nos dice: “… No existe ficción sin personajes…” y en UNA GOTA DE AGUA SOBRE LA ROCA el personaje principal es Cristina y a medida que avanzamos en el libro, a mi me pasa como a ella, voy aprendiendo con la lectura. Aprendí los distintos géneros literarios narrativos, el uso de la anagnórisis, la técnica del dato escondido, la forma de abordar el conflicto literario y muchas más, que no solo se explican en detalle, sino que con ejemplos de la literatura universal, el lector puede identificarlas.
Escrito en 1º persona y femenino, Cristina Von Hagen Quintana, psicóloga     ( aquí el autor hace un guiño  al apellido de su madre ) es quien nos conduce durante todo el libro. Conectamos  de una manera increíble con ella, hacemos las mismas reflexiones y las mismas preguntas logrando las respuestas a través de un maestro llamado Alexandr, un escritor retirado de origen armenio, que vive en Madrid abandonado por su familia.
Hay otros  personajes que  alternan los puntos de vista ,con nombres de mujeres, como Amelita, la hija no presente de Cristina que es un factor muy importante tanto en la novela como en la vida de la protagonista, Macarena, Almudena, o como  Mariela ( hermana de Cristina ), que te ayudan a ubicarte en el Madrid donde se desarrolla la trama.
Aunque el escritor es cubano, el tema de la isla se presenta de una forma indirecta a través de una española(Cristina) que conoce  la situación de allí por un novio cubano, pero sin entrar en el ya gastado tema de la situación económica actual, se hace una denuncia certera identificando la causa en una dictadura vitalicia que ha llevado a la destrucción el país completo.
Hace un homenaje a Reinaldo Arenas,  poeta y novelista cubano y a la poetisa Gertrudis Gòmez de Avellaneda, también  a otros escritores universales que nos llevan a distintas lecturas, que el que tenga un poco de cultura literaria es capaz de apreciar.
Termino con el poema “A la Virgen de la Caridad”, escrito por  Nicolás Guillén y que está incluido en el libro, con un significado que para todos será de mucha trascendencia.
Virgen de la Caridad,
que desde un peñón de cobre
esperanza das al pobre
y al rico seguridad.

En tu criolla bondad
¡oh madre!, siempre creí,
por eso pido de ti
que si esa bondad me alcanza
des al rico la esperanza,
la seguridad a mí.

dissabte, 19 d’octubre del 2013

Entrevista a Amir Valle

Por Juan Carlos Romero Mestre

http://www.cubanet.org/otros/amir-valle-si-pudiera-ser-un-libro-seria-la-biblia/




¿A qué se dedica cuando no escribe?
Soy periodista, así que, cuando no escribo, escribo. Y mi vida se debate entre esos ámbitos, a los que prefiero llamar “responsabilidades”, pues la escritura, como creador de ficciones, la considero un acto de absoluta responsabilidad social (no creo en la literatura sólo como objeto para el disfrute ni como mecanismo de alguna autoantropofágica tendencia del arte por el arte), ya que pienso que la literatura debe ser un creador de conciencia, un vomitivo contra la inopia ideológica, una aguja que le pinche el trasero a quienes deciden estar sentaditos en la comodidad de su burda tranquilidad egoísta mientras el mundo se viene abajo a pedazos. El periodismo, obviamente, es todavía una responsabilidad más directa.
Ahora, si te refieres a qué hago cuando no escribo nada de nada, o cuando no estoy haciendo alguna actividad intelectual o de enriquecimiento (la lectura, por ejemplo), te diré que soy un animal de familia y dedico buena parte de ese tiempo libre a disfrutar cada minuto de la vida de mis hijos y de mi esposa. Como además de eso, estoy un poco panzón y no quiero parecer un tapón de bañadera (los gorditos bajitos solemos adquirir con suma facilidad esa forma), entonces suelo correr por el parque Humboldthaim, a un par de cuadras de mi casa en Berlín, o montar bicicleta un par de horas,  algunas tardes de cada semana para meterme en vericuetos aún desconocidos de esta alucinante ciudad en la que habito.
¿En qué momento decidió que quería escribir?
Mi primer recuerdo suele ser el de mi madre en las noches, con su hermoso pelo negro y largo, metida conmigo bajo el mosquitero que cubría mi cama, leyéndome historias de los muchos libros que había en mi casa en aquellos años de mi más temprana niñez. El otro recuerdo es el de los mosquitos zumbando al otro lado del mosquitero, lo cual quizás me forzaba a estar aún más temprano en la cama cada noche, leyendo siempre algún libro. Pero te puedo decir que fue a los siete años, cuando terminé de leer Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain, que sentí por primera vez la necesidad de escribir. Y escribí una historia con mi amor imposible de entonces, Betty, uno de los seres más hermosos que conocí, casi mi hermana, pues nuestras madres eran muy amigas. Recuerdo que años después le di a leer la historia, apenas unas cuatro hojas escritas con una enorme y horrible letra, que ella disfrutó porque ya creía que yo iba a ser escritor. Lamentablemente no pude darle la alegría de complacer uno de sus deseos: dedicarle mi primer libro, pues murió de leucemia poco después de cumplir los 20 años.
¿Qué le aporta la escritura? ¿Y la literatura? ¿Piensas que vale todo en la literatura?
Cuando eres escritor descubres que escribir te va enriqueciendo como persona mientras avanzas por ese camino. Es un ámbito de experimentaciones, búsquedas y miradas muy amplio en aportes, que pueden ayudarte lo mismo a comprender los traumas propios o ajenos, que a ganar pericia en hacerle el amor a una mujer. La literatura, además, considerándola como ese espacio creado por otros, me permitió entender mejor lo jodido que estaba el mundo cuando no existían, como hoy, todas esas tecnologías que informan, sí, te permiten saber lo que pasa a millones de kilómetros de distancia, y supuestamente socializan más al ser humano, pero la mayor parte de las veces nos hacen estar más solos y aislados de lo que podemos imaginar en medio de tanta supuesta modernidad informática.
En literatura, siempre que lo hagas con honestidad, con todo el talento que Dios te dio y sabiendo que se escribe para edificar el alma de quien te lee, vale todo.
¿Qué es necesario para que una novela interese a los lectores?
Que cuente una historia. A veces creo que algunos escritores son irremediablemente estúpidos porque olvidan el más sólido ejemplo de lo que es novelar: aquel momento en que, después de regresar de las cacerías, sentados alrededor de la hoguera, uno de los guerreros contaba a los demás las peripecias de esa cacería. Lo que más me ha llamado la atención de todas esas historias, cuéntela quien la cuente, o de las reproducciones de lo que debió suceder en ese momento, o de las películas que sobre ese período y ese instante se han hecho, es que siempre nos queda la idea de rostros que escuchan atentos lo que el otro cuenta, de bocas que se abren asombradas ante lo narrado, de respiración contenida en los momentos de mayor tensión de la historia que escuchan… No se oye por ningún lado el ronquido de uno que se quedó dormido, aburrido, porque el narrador se ponía a enredar la historia con palabritas rebuscadas para que el jefe de la horda le diera el premio al mejor contador de historias. Ni el bostezo de una Cromañona que no entendía qué carajo estaba contando ese guerrero. No. Para todos en la horda era importante esa comunicación. Y creo que esa necesidad de comunicación sigue intacta hasta hoy. Por eso fue muy vital para mí escuchar a Vargas Llosa cuando, luego de escribir todos esos complejísimos libros que escribió, cargados de todas esas innovaciones técnicas en lengua española que bien conocemos, dijo que no había nada más difícil, ni nada más meritorio en literatura, que escribir una historia del modo más simple y más honesto posible.

¿Qué género es su favorito en lectura? ¿Y sus autores? ¿Quiénes le han influido?
Soy un lector obsesivo de poesía. Es para mí el gran género, el sumum de todas las esencias literarias; y tanto respeto a ese género que, aunque yo mismo he escrito poesía alguna vez, me he dicho que jamás publicaré ni un verso de los que he escrito para no ofender con mis perpetraciones a los excelentes poetas que he leído. Salvo algunos poemas que conserva mi esposa, los demás han ido a parar al fuego.
En la vida uno va recibiendo muchas influencias, va cambiando de autores de cabecera según el momento en que te encuentres, pero he dicho otras veces que quien quiera hablar de influencias en mi obra tendría que encabezar una amplia lista con cuatro autores: el peruano Mario Vargas Llosa, el mexicano Juan Rulfo y los norteamericanos Erskine Caldwell y Ernest Hemingway. Luego, a cierta distancia pero también aportadores al escritor que soy, los cuentos de Cortázar y su Rayuela, la novelística de Soler Puig (básicamente El pan dormido y Un mundo de cosas), obras específicas como Los miserables de Víctor Hugo, Una tragedia americana de Theodore Dreiser, El Conde de Montecristo de Alejandro Dumas, La casa de las bellas durmientes de Yasunari Kawabata, Las palmeras salvajes de Faulkner, y algunas otras novelas que mucho me marcaron, sumado todo al magisterio crítico en mi juventud de Salvador Redonet, Aida Bahr y Eduardo Heras León.
¿Cuál es su método de trabajo? ¿Anota lo que se le ocurre?
Soy periodista y el periodista que se respete no confía mucho en su memoria. Por eso anoto todo. E incluso más, soy un coleccionista de historias. Ya he dicho, por ejemplo, que de nuestro travieso Pepito he recopilado más de seis mil historias. Y que mi novela Las palabras y los muertos fue armada con versiones sobre la historia de Cuba que escuché en la calle, durante años, a gente del pueblo.
Mi método de trabajo no ha variado mucho, salvo en alguna etapa muy temprana en que escribía de noche. Escribo muy temprano en la mañana, cuando mi mente está clara, y siempre siguiendo la teoría de Hemingway de escribir hasta el momento en que en el fondo del pozo quede un poco de agua que me permita seguir al día siguiente. Escribo todos los días, aunque sea un párrafo; vicio que me quedó de mis años de periodista de la radio, cuando estaba obligado a entregar cada día cuatro noticias, una entrevista y un reportaje. En los últimos diez años he tenido la oportunidad de que me paguen para escribir, gracias a becas y otras circunstancias, así que me levanto muy temprano, escribo un par de horas y luego me dedico a otros géneros y al periodismo.
¿Si pudiese ser un libro, cuál sería?
La Biblia, el único libro que lleva más de mil años intentando enseñar al hombre a ser mejor;  la mejor prueba de que la especie humana está tan podrida porque así lo ha querido y porque no escucha consejos ni siquiera de Dios.
¿En qué proyecto se encuentra sumergido en estos momentos?
Estoy revisando la última versión escrita de mi novela No hay hormigas en la nieve, que cuenta la historia de cinco cubanos emigrados a Berlín en cinco épocas distintas del siglo XX y lo que va del XXI, comenzando por la huella del paso del violinista Brindis de Salas por Alemania, cuando se convirtió en un músico aclamado en todas las cortes de Europa, recibió títulos honoríficos y fue el Músico de Cámara del emperador Guillermo II, y terminando por la historia de un diplomático cubano que, por querer huir del comunismo, estuvo encerrado primero en el horror de la prisión central de la Stasi en Hohenschönhausen y luego en Villa Marista.
¿Se escribe por placer o también por dinero y reconocimiento?
Aunque cada día que pasa sobre el pellejo de este mundo nuestro es más imprescindible el dinero, al menos yo, ni siquiera hoy, he escrito por dinero. La literatura no es un negocio o, si lo fuera, sería el negocio del muerto de hambre, salvo escasas (y todas no muy ilustres) excepciones. Hace muchos años empecé a escribir simplemente porque sí, porque algo me obligaba a soltar mis mundos sobre un papel, y no he parado hasta hoy. Si el dinero viene después, bienvenido sea. Si llega el reconocimiento, también sea bienvenido. Y aunque sé que hay muchos que escriben por dinero y reconocimiento, especialmente en estos tiempos en que las tecnologías hacen creer a mucha gente que cualquiera es escritor y que cualquier basura etiquetada como literatura es mercancía, creo que la mayoría de los escritores que se respetan, al menos los que conozco, escriben porque no saben hacer mejor otra cosa. De todos modos, no olvidemos que mercachifles hay en todas partes.
¿Domina los recursos de estilo, las figuras literarias, o escribe con estilo propio y sigue experimentando y aprendiendo?
Cada libro, cada historia es un aprendizaje, aunque me considero un conocedor de las técnicas literarias. Tuve buenos maestros (Soler Puig, Heras León, Aida Bahr, Redonet) y me enorgullece decir que muchos de los más jóvenes escritores cubanos que hoy publican en Cuba y en otros países fueron alumnos de talleres de narrativa que tuve en Cuba, primero por mi cuenta y luego como profesor del Centro de Formación Literaria “Onelio Jorge Cardoso”, que fundó y dirige Eduardo Heras León, donde fui uno de los “profes” de técnicas narrativas. Pero siempre recuerdo a ese inolvidable amigo que fue el negro Redonet que una vez me dijo: “Ya te sabes al dedillo todas las técnicas, Amir; ahora te toca olvidarlas”. Y es lo que he hecho: una vez que las aprendes, a la hora de escribir, no te puedes poner a pensar en las técnicas, ellas salen solas y se ajustan solas al mundo y a los personajes que estás narrando.
Se habla de que los escritores deben cuidar y ofrecer obras depuradas utilizando recursos narrativos o encuentra bien que lo que se cuenta se limite a contar como se cuenta en las sobremesas.
Ya lo dije antes: creo en las historias bien contadas. Hace unos años hicimos un experimento en uno de mis talleres: analizar bajo la estricta lupa de esa depuración fragmentos de Crimen y castigo, de Dostoyevski; La montaña mágica, de Thomas Mann y Cien años de soledad, de García Márquez. Demostramos que eran textos imperfectos, llenos de violaciones elementales de las leyes gramaticales y de la escritura. Podamos alegremente los textos de acuerdo a lo que las exigencias dictaban. Quedaron perfectas según las normas, pero ¡¡¡Le matamos el alma a esas historias!!! En simples palabras, como en todo, hay que escribir bien, pero como esa condición es algo que depende de la visión de quien analiza el texto, de su cultura y gustos estéticos, de sus exigencias intelectuales (e intelectualoides, en algunos casos) es preferible contar una historia de modo simple, como si fueras ese guerrero de la horda que rememora ante los demás la más reciente cacería.
¿Regala libros en alguna ocasión?
Generalmente regalo sólo a mis amigos y ellos, en su mayoría, son lectores, así que es casi un vicio regalar libros. Vivo además en un país donde, por suerte, regalar un pequeño ramo de flores y un libro se considera una exquisitez, algo de muy buen gusto.
¿Crees que la literatura cubana está de moda y que el escritor, en tanto figura pública, tiene responsabilidad social?
No a lo primero y sí a lo segundo.
Si la literatura cubana estuviera de moda, teniendo en cuenta la cantidad de excelentes escritores cubanos en la isla y en el exilio, fuera muchísimo mayor la literatura cubana publicada por las medianas y grandes editoriales de todo el mundo. Pero lamentablemente, salvo algunas pocas excepciones en las que tengo la suerte de estar incluido, los escritores cubanos tienen que contentarse con ser publicados por pequeñas y a veces volátiles editoriales cubanas fuera de Cuba o por las editoriales oficialistas dentro de la isla.
Con respecto a la responsabilidad social del escritor, es triste decirlo, pero soy de los que veo con vergüenza que, por sólo mencionar tres países con el nivel literario de Cuba,  mientras los escritores colombianos, mexicanos y argentinos se han convertido con su literatura y con su postura ciudadana o cívica en líderes de opinión pública, en movilizadores de la conciencia y el pensamiento social de sus países, los cubanos generalmente nos hemos dedicado a dividirnos en guerritas intestinas, a perseguirnos con paranoias estúpidas (fundadas o infundadas) o a hundirnos en un silencio que, pésele a quien le pese, siempre es cómplice ante el desastre político, económico y social que es hoy nuestro país.  Pueden contarse con los dedos los escritores cubanos que han asumido sin medias tintas, sin oportunismos, sin intereses ególatramente mediadores y sin capillismos sucios esa responsabilidad, que no es sólo social sino también ética. Incluso ahora, en tiempos de internet, cuando es más fácil visualizar la participación ética de algunos sectores, es vergonzoso ver la abulia, las vacilaciones medrosas, las poses intelectualoides para escabullir el cuerpo o la invisibilidad por conveniencia de una gran mayoría de los escritores e intelectuales cubanos, tanto de la isla como del exilio, cuando se trata de hacer valoraciones serias, dialógicas y públicas sobre el “asunto cubano”.
¿Cómo le ha cambiado el mundo la tecnología?
En muchos aspectos me ha facilitado la vida y el trabajo, es obvio; aunque tampoco es algo que me asombre: yo trabajaba en Cubanacán, en Publicitaria Coral, y en 1992 tuve mi primera computadora, una IBM XT, luego una 386, una 486, una Pentium y así hasta hoy. Recuerdo que en aquellos inicios en toda La Habana éramos cuatro a cinco los escritores con esa posibilidad. Hoy, en casa, los cuatro miembros de mi familia tienen su computadora; tenemos los dos grandes rivales de la tecnología (mi hijo ama la tecnología Apple y nosotros preferimos Microsoft); casi todos mis libros se venden en la doble condición del mercado editorial actual: el digital y el papel…, pero yo, aunque escribo directo a la computadora, imprimo todo y reviso sobre el papel impreso, a lápiz, como he hecho siempre.
¿Sentías que habías nacido con vocación literaria?
Jamás lo supe. Fue mi maestra de primaria, Miriam Junquera, allá en un pueblecito de Holguín llamado Central Antonio Maceo, quien me dijo a mis 10 años que yo sería escritor porque escribía las composiciones que ella mandaba en clases con un toque que ella consideraba especial. Y lo cierto es que mientras los demás alumnos se tenían que esforzar para escribir un par de párrafos cortos en las pruebas, para mí eso era una diversión, a pesar de que siempre tuve una letra horrorosa que mis profesores, sin embargo, se esmeraban en descifrar.
¿Lamentas que tu vida literaria se hubiera desarrollado en otro medio más propicio?
Todo lo contrario: cada día agradezco a Dios que me haya permitido vivir en una dictadura que, en su estupidez típica de las dictaduras, creó el caldo de cultivo para que yo me hiciera escritor: primero, fomentando un falso sistema cultural que, aunque ideologizado, me permitió entrar en el mundo de la cultura a pesar de ser el hijo de una familia pobre (mi padre, por ejemplo, podría haber sido un gran pintor, pero mi abuelo no quiso dar su voto a los políticos, allá por los cincuentas, a cambio de la beca en San Alejandro), y después, permitiendo que yo pudiera vivir en barrios donde la droga, la prostitución, el mercado negro y otros males de la marginalidad eran el día a día; ese océano de historias que he recogido en mis novelas.
Por otro lado, el paso de mariposa que escribía cuentecitos apolíticos al gusano que escribía (y tuvo la suerte de publicar fuera de Cuba) novelas sobre esos ámbitos podridos que la Revolución se empeñaba en ocultar al mundo, me permitió ascender a una escala de comprensión de la realidad cubana que no hubiera tenido en otro medio “más propicio”, y el destierro forzado (porque recuérdese que yo no me fui de Cuba, me dejaron salir y luego no me permitieron entrar) me ha abierto nuevas posibilidades de conocimiento, todas ellas muy enriquecedoras para el ser humano y para el escritor que soy.
Y como a fin de cuentas soy un ciego creyente en esa máxima hemingwayana que asegura que el escritor siempre se alimenta de la carroña humana, me siento satisfecho de haber estado en los sitios donde más apestosa era esa carroña.
¿Cree que la literatura cubana a veces tiene serios altibajos?
Un día escuché decir al profesor Ricardo Repilado, un viejo sabio santiaguero, que la literatura no era sólo Carpentier, Lezama o Fernando Ortiz, tomándolos como referencia de gran narrador, gran poeta y gran ensayista. Mencionó a un narrador, a un poeta y a un ensayista, cuyos nombres jamás yo había oído mencionar, pero que tiempo después encontré en el Diccionario de la Literatura Cubana. Recuerdo que le pregunté quiénes eran, y recuerdo claramente que me dijo, irreverente como siempre era: “¿y qué coño importa? ¡Eran malísimos escritores! Lo que importa es que escribieron y fueron parte de un fenómeno”. Entendí así algo que hoy se olvida: la literatura no es sólo un autor de calidad, es un fenómeno social, un movimiento de ideas, una manifestación del pensamiento social de una época, y a ella pertenecen los grandes, los medianos, los malos e incluso hasta los que intentaron ser escritores y ni siquiera consiguieron publicar, así como esos altibajos a los que te refieres. Yo te respondería con una pregunta: ¿qué es la literatura cubana de los últimos 50 años? La respuesta habría que armarla atando todas las contribuciones de la isla y el exilio, las que tuvieron éxito, las que fracasaron, las que dieron grandes nombres, las que apenas dieron un libro, las que nacieron muertas por su clara filiación a políticas foráneas como el realismo socialista, las que murieron apenas abrir los ojos por las duras condicionantes del exilio, las revistas supervivientes, las revistas hoy olvidadas…, en fin, una oscilación de tsunamis, pleamares y tormentas, altibajos todos que enriquecen increíblemente nuestra literatura.
¿Qué libros han cambiado su vida?
Las aventuras de Tom Sawyer, que me hizo descubrir al escritor que se escondía en mi sangre; Conversación en La Catedral, que me tuvo deprimido creyendo que jamás sería escritor porque no podría escribir una maravilla de la lengua y la técnica como esa novela de Vargas Llosa; Los miserables y El Conde de Montecristo, que me hicieron entender que en literatura la historia humana es lo que cuenta;  La fiesta del chivo, también de Vargas Llosa, que me permitió descubrir las claves para poder llevar a una historia novelada las duras verdades históricas que conté en mi novela Las palabras y los muertos.
Pero más que todos ellos, mi propio libro Habana Babilonia o Prostitutas en Cuba, cuya circulación clandestina en Cuba, cuya prohibición oficial que incluye palabras denigrantes contra el libro del propio Fidel Castro, hizo que me convirtiera de un escritor sólo conocido en el medio cultural en un escritor leído en silencio por cientos de miles de cubanos (las dictaduras nunca logran entender el placer de lo prohibido, de lo contrario no perpetrarían tantas prohibiciones). Es también el libro que inició mi conversión forzosa de mariposa en gusano; la obra elogiada como un clásico del testimonio latinoamericano, ganador del Premio Internacional Rodolfo Walsh al mejor libro de no ficción publicado en lengua española en el 2006; el libro en fin que me lanzó, al mismo tiempo, al reconocimiento internacional y al destierro.
El regreso, la nostalgia, el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar… ¿tiene la obsesión del regreso?
Muchas veces, al principio de mi destierro, soñaba que regresaba a Cuba y que no me dejaban salir. Lloraba como un niño y despertaba con un malestar terrible. Curiosamente, a los dos años esos sueños desaparecieron. Y coincidió esa desaparición con un viaje que hice a Puerto Rico, en el cual extrañé horriblemente mi casa en Berlín. Cuando estuve en mi apartamento aquí en Wedding, supe que había regresado a casa y esa sensación no me ha abandonado. Se evaporó la nostalgia porque descubrí que cada uno de nosotros carga siempre con su propia isla, la planta allí donde se es feliz y esa nadie te la puede arrebatar. Y si de pronto, en cualquier lado del mundo donde vas te encuentras con esos amigos que dejaste, con parte de tu familia, con quienes fueron tus alumnos, con cientos de lectores que también han emigrado, y te das cuenta que el gran problema que has tenido es que tú mismo le has puesto barrotes, fronteras falsas a esa isla interior, incluso cuando vivías allá en Cuba, entonces caerá sobre ti una paz que te ayudará a sobrellevar la ausencia de lo geográfico insular, de lo terrenal. Si a eso le sumas que de pronto tus hijos, sin dejar de ser cubanos, se mueven con total libertad en otra lengua y otras costumbres, comienzas a cuestionarte si realmente tu pertenencia es a ese lugar por el que tanta nostalgia has sentido o es ese otro sitio, que tal vez coincida con la patria pero puede ser que no, en el que uno es totalmente feliz.
¿Ha tenido que esquivar la censura en sus escritos?
Podría escribir un libro contándote las historias de todos mis libros censurados. Sólo te diré que desde 1990 en que gané el premio UNEAC no volví a publicar hasta el año 2000, cuando mi libro Manuscritos del muerto se publicó totalmente mutilado. Entre 1997 y el 2004 escribí casi toda la serie de novelas negras que fui publicando en España desde el 2002, y sólo una de esas novelas: Si Cristo se desnuda, se publicó en la isla luego de ganar el Premio de Novela José Soler Puig. Tuve que ganar en dos ocasiones el Premio de Novela Erótica La Llama Doble para que se publicaran, en el 2001 y el 2004, en limitadas ediciones: Muchacha azul bajo la lluvia y Los desnudos de Dios. Sobre mí ya gravitaba la prohibición por mis críticas al gobierno en entrevistas concedidas en España, alimentada aún más la prohibición por el “pecado” de haber aceptado ser el Coordinador en La Habana de la Colección de Cultura Cubana de la editorial Plaza Mayor, dirigida por Patricia Gutiérrez Menoyo, colección tolerada pero “no bien digerida” por la oficialidad cultural. Cuando trabajaba como Especialista de Literatura en el Instituto Cubano del Libro, como ya algunos autores han escrito, les avisé cuando sus libros eran censurados e incluso cuando tres de esos libros iban a ser convertidos en pulpa. Y por eso cada vez que escuchaba a algunos fantoches culturales cacarear que en Cuba no había censura, me decía que entonces yo no debía saber cuál era el verdadero sentido de esa palabra porque ahí estaban mi libro de testimonio Habana Babilonia y mis novelas Las puertas de la noche, Entre el miedo y las sombras, Santuario de sombras y Largas noches con Flavia, denegadas todas por editoriales cubanas.
¿Hay algún género más eficaz para transcribir la realidad cubana?
La novela negra, como ya se ha estudiado, se ha convertido en América Latina, Estados Unidos y algunas naciones de Europa en el mejor exponente de la realidad social y todas sus complejidades. En Cuba sucede lo mismo, y aunque ya existen algunos autores que van dando pasos muy destacados, encabezados por Padura, lo cierto es que todavía hay una lucha muy fuerte, casi entendible, de los escritores contra el género, pues en la década del 70 y el 80 se escribió tanta mala literatura policial que se creó un estereotipo: si escribes una novela de ese género eres un escritor menor. Lamentablemente no han llegado aún a Cuba los intensos debates internacionales que han puesto a la novela negra en la cima de los géneros literarios más eficaces para reflejar la complejidad del mundo en que vivimos. Confío en que poco a poco esa realidad vaya cambiando.
¿Crees que la cultura cubana tiene déficit de monografías, memorias históricas que den profundidad a esta cultura? ¿Cómo se puede suplir este vacío?
Sólo en un espacio de libertad se podrá rellenar esas lagunas que, sin dudas, existen. Pero es lógico que existan: no podemos olvidar que una de las armas de la dictadura ha sido esa, reescribir la historia a su conveniencia. Ante los tiempos que corren, en momentos en que comienzan a fenecer las generaciones nacidas en las décadas del 40 y del 50, para la dictadura es muy conveniente mantener en sus manos el poder de la escritura de la historia porque, por ejemplo, no les resultaría conveniente que las nuevas generaciones nacidas en este proceso de haitianización de la economía que vive nuestra isla encontraran libros donde se hablara, de modo serio, científico, responsable, que hasta 1959, a pesar de las corrupciones políticas y otros males sociales, Cuba era una de las naciones más desarrolladas social, económica y tecnológicamente en todo el mundo, realidad que, como sabemos, los “historiadores” de la Revolución se han empeñado, y han logrado, ocultar.
¿Sin memoria no hay imaginación?
Obviamente. La imaginación es la manifestación más clara de las nociones adquiridas, de las herencias recibidas, del imaginario que se incorpora a tu vida sutilmente desde la memoria histórica, social o familiar. La imaginación es, además, el poder de ver lo que aún no se tiene; de ahí que sea tan importante para el desarrollo de una sociedad rescatar la memoria histórica, social, individual o colectiva de modo que se enriquezca la posibilidad de imaginar nuevos caminos, nuevos rumbos. Es, por ello, que las dictaduras, sean de derechas o de izquierdas, siempre pretenden monopolizar la memoria de una nación. Una vez en su poder ya es simple manipularla, dosificarla, envenenarla o adulterarla de acuerdo a sus intereses políticos.
En las novelas se mezclan hechos reales con hechos inventados; no obstante, viendo la parte importante de realidad que aparecen en tus novelas, uno puede pensar que la realidad supera la ficción.
Totalmente. En mis novelas, la ficción única que existe es la adecuación que he hecho de las historias a una estructura literaria, todo lo demás sucedió en los barrios de Centro Habana aunque en algunos casos sean historias absolutamente alucinantes, como salidas de la mente de un loco.
¿Qué objetivos persiguen sus libros?
Quisiera simplemente que sean leídos, que conmuevan aunque sea un poco los resortes dormidos en las conciencias. Pero, ojo, jamás me propongo esos objetivos. Simplemente escribo.
¿Qué mensaje desea trasmitir a los cubanos en este 2013?
Ya lo he dicho. Ahí está la isla, estamos divididos, mirándonos cada uno nuestro propio ombligo, mientras el país se va a pique por nuestros miedos, nuestras divisiones, nuestros silencios. Es un desastre evidente del que todos tenemos culpa. Un cubano de la isla dice: “lo mío no es la política, es la supervivencia”, y se cree libre, pero es un modo bastante triste de ser esclavo porque tiene que aceptar, sin chistar, todo el desastre y la limitación de libertades que le han impuesto. Un cubano del exilio dice: “yo no me meto en política, ya logré la libertad que quería pues vivo en un país libre y democrático”, y habría que preguntarle si es realmente libre alguien que, viviendo fuera de la isla, tenga que bajar la cabeza y callarse ante todo el desastre y la limitación de libertades que le han impuesto sólo porque quiere ir a ver a su familia en Cuba. Conozco a muchos cubanos que, viviendo en naciones libres y democráticas, son más esclavos de la dictadura que millones cubanos que viven en la isla. En fin, que Cuba, su libertad total y real (es decir nuestra libertad real y total) sigue siendo una lección pendiente para todos nosotros, los cubanos.

dijous, 17 d’octubre del 2013

Entrevista a William Navarrete

Por  Juan Carlos Romero Mestre  





¿En qué momento decidió que quería escribir?

Desde que tuve conciencia del fascinante mundo de la literatura. Leí, siendo niño, los libros de Enid Blyton, aquellas aventuras de los Cinco, del Club de los siete, etc. Me fascinaban. Los compartía con mi abuela paterna y nos turnábamos para leer. También los comentábamos.

¿Qué le aporta la escritura y la literatura, piensas que vale todo en la literatura?

Mucha paz. Explorar universos imaginarios e imaginados por mí. No todo vale en literatura. Eso lo vamos aprendiendo en la medida en que nos convertimos en lectores agudos. Lleva tiempo decantar. También me aporta lo contrario, o sea, un estado de perenne intranquilidad que en que cuestiono lo que leo en la misma medida en que cuestionamos el mundo.

¿Qué es necesario para que una novela interese a los lectores?

Que haya una verdadera historia de la que esperemos, en cualquier circunstancia, un desenlace. Si no, estamos hablando de ensayos literarios u otros experimentos de géneros. No concibo una novela sin que estemos a la espera de algo; sin que vaya creciendo esa espera en un crescendo que sólo termina cuando se llega al punto final.

¿Cuales son sus géneros favoritos en la lectura, sus autores y quiénes le han influido más?

Me encantan las biografías históricas. Sobre todo si conozco la vida del personaje pero el autor logra mantener la expectativa y y hasta hacernos creer que cabría otro final para la vida del personaje.

¿A qué se dedica cuando no escribe?

A leer y a viajar.

¿Cuál es su método de escritura anota lo que se le ocurre?

No. Pienso mucho en la historia. Trato de dialogar a distancia con los personajes. Me documento. Sobre todo me tomo el tiempo de reflexionar.
Todo tiene su momento.

¿Sí pudiese ser un libro, cuál sería?

El que estoy leyendo en el presente. Para meterme dentro y viajar entre las líneas, tutear a los personajes, vivir la obra como una realidad. Influir el destino de los personajes, cambiar el giro de la historia cuando estoy en desacuerdo con su autor.

¿En qué proyecto se encuentra sumergido en estos momentos?

En una tercera novela, después de haber puesto punto final a la segunda.

¿Se escribe por placer o también por dinero y reconocimiento?

Por los tres. Todo es humanamente legítimo y deseable.

¿Dominas los recursos de estilo, las figuras literarias o escribes con estilo propio y sigues experimentando y aprendiendo?

Siempre se experimenta y se aprende. Acabo de escribir un cuento en respuesta a uno que ha escrito otro autor y los hemos unido como "cuento y contracuento". Esa experiencia novedosa, al menos para nosotros, se nos ha ocurrido en la medida en que avanzábamos en un proyecto conjunto. No todo está inventando o, mejor dicho, no todo lo hemos experimentado.

Se habla que los escritores deben cuidar y ofrecer obras depuradas utilizando recursos narrativos ¿o encuentras bien que lo que se cuenta, se limite a contar como se cuenta en la sobremesa?

Hay diferentes maneras de concebir la literatura. Nuestra época es ecléctica en todos los sentidos. Todo es posible. Luego el tiempo se ocupa de decidir qué es literatura, qué queda, qué se olvida. Eso es un misterio. Hay obras que una época determinada rescata del olvido porque en su tiempo no ofrecían interés o no habían sido apreciadas.
Basta ver quién era Cavafis para Occidente en la época en que vivió para entender hasta qué punto la literatura funciona independientemente de la voluntad de editores y autores.

¿Regalas libros en alguna ocasión?

Siempre estoy regalando libros.

¿Crees que la literatura cubana esta de moda y que el escritor, en tanto figura pública tiene responsabilidad social?

No, nunca lo ha estado realmente. Dentro del contexto latinoamericano
sí: en los años 1960. Pero de moda, tal y como está por ejemplo ahora la novela policíaca o hasta hace poco los libros fantásticos, no. El ego o el nacionalismo mentecato de algunos autores les hace decir tonterías al respecto. Lo que provoca cierta fascinación todavía es la peculiar historia de Cuba. La gente quiere, en ocasiones, ver con sus propios ojos "aquello". Siempre me dicen: "antes de que cambie". Por supuesto, la literatura los acompaña en ese deseo, es un complemento de ese todo que muchos quieren entender o ver.

¿Cómo le ha cambiado el mundo de la tecnología y el e-book?

Nunca he leído un libro en Internet. No me interesa esa experiencia.
Ni me gusta, ni tengo vista para eso. Lo único que leo en Internet son los artículos de prensa y las galeradas de mis propios libros.

¿Sentías que habías nacido con vocación literaria, cuales son tus verdaderos orígenes en ese sentido?

Mi madre es Filóloga de formación. Me crié en un ambiente literario.
Me obligaban a leer, a participar en concursos literarios. En la asignatura en que sin dudas brillaba era en Literatura. Tuve excelentes profesores a lo largo de mi vida, tanto en la Secundaria, como en el Bachillerato y en la Universidad. Tanto en La Habana como en París. Uno casi nunca menciona a esos profesores. Debería hacerlo:
Delfina Piedra, Asela Santos, Nara Araújo, Salvador Bueno, entre otros.

Lamentas que tu vida literaria no se hubiera desarrollado en otro medio más propicio?

París es una ciudad absolutamente maravillosa y Francia literariamente hablando es un medio más que propicio. Conozco pocos países que publiquen más literatura extranjera que Francia, donde haya más festivales y salones literarios que en Francia. En lo que va de año, por ejemplo, he estado en unos diez salones y festivales del libro en diferentes regiones de Francia. Los autores y sus libros, viajan gracias a las municipalidades y a los libreros locales, por todas las regiones del país, incluso a pueblos que desconocemos hasta el día en que participamos en su feria del libro. Ese fenómeno es particularmente francés.

¿Crees que la literatura cubana a veces tiene serios altibajos?

Como todas las literaturas. No veas el estado en que están las culturas de grandes tradiciones literarias.

¿Qué libros han cambiado tu vida?

La granja de los animales y 1984 de Orwell. Desde ese día entendí el sentido profundo de la vida en sociedad y del Poder en toda su expresión. Con esa lectura me pasé al bando de los escépticos que tira trompetillas a los políticos y los utiliza como mismo ellos intentan utilizarnos a nosotros. Y de los que no creen ni media palabra de lo que dicen.

El regreso, la nostalgia, el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar. ¿Tienes la obsesión del regreso a tenor de los nuevos cambios?

Tengo obsesión por ir a ver la Gran Muralla China y por recorrer en barco el extenso y maravilloso archipiélago de las Polinesias Francesas en el océano Pacífico. No quiero morirme sin ir a Madagascar y sin ver las cataratas del Iguazú. Tengo demasiado mundo por delante como para soñar con los caminos trillados del regreso. Se refugian en ese regreso quienes han agotado los otros caminos o los que no saben vivir de otro modo.

¿Haz tenido que esquivar la censura en tus escritos?

Siempre he escrito fuera de Cuba. Esto significa que he escrito siempre lo que he querido.

¿Hay algún género más eficaz para trascribir la realidad cubana?

El silencio. Si existiese. Eso dignifica mucho cuando el estiercolero se desborda por todas partes.

¿Crees que la cultura cubana tiene déficit de monografías, memorias históricas que den profundidad a esta cultura?; cómo se puede suplir este vacío?

Tiene déficit de todo. Remediarlo creo que ya es imposible. Ese tipo de interés murió con el siglo XX. Ya es tarde pues perdimos los últimos cincuenta años de ese siglo.

¿Sin memoria no hay imaginación?

No veo qué significa esa pregunta. La imaginación parte siempre de algo. No existe el pensamiento en el vacío, hasta donde sé.

¿Qué objetivo persiguen sus libros?

Ocuparme. Vivir en otras dimensiones. Existir.

¿Qué mensaje desea trasmitirle a los cubanos y a sus lectores en el próximo año 2014?

Prefiero que trasmita la radio. No tengo mensaje ninguno que dar ni lecciones. Lo que deseo, a lo sumo, es que no se dejen comer el cerebro por los intereses de mercado y las recomendaciones insulsas de críticos y periodistas, incluidas las mías. Que busquen su verdad por sus propios medios. Que la protejan y la defiendan.

¿Qué significado tiene para ti la ciudad dónde has vivido la mayor parte del período de exilio?

Casi todo. Si París no hubiera existido en mi vida la hubiera tenido que inventar en algún cuento, en alguna novela. O en cualquier otra manifestación artística que lo permitiera.

Niza, junio 2013

diumenge, 13 d’octubre del 2013

ENTREVISTA A LA ESCRITORA MAIRA LANDA

ENTREVISTA A MAIRA LANDA
Por Juan Carlos Romero Mestre


1-      ¿En qué momento decidiste que querías escribir?
Siempre me gustó escribir y, sobre todo, leer. En agosto de 2004 escribí mi primer cuento cuando comencé a estudiar una Maestría en Creación Literaria  En ese instante supe que eso era lo que quería hacer el resto de mi vida.

2-      ¿Qué te aporta la escritura y la literatura, piensas que vale todo en la literatura?
Los libros son el aliento que me da vida y mi compañía en todo momento. La literatura, como todas las artes, ha estado siempre en pugna con lo establecido y contra la corriente. Es lógico que así sea porque es cómo evoluciona y se transforma. Sin embargo, en mi opinión debe haber algún apego a las normas para no crear híbridos. Y, sobre todo, respetar la estructura y las normas del idioma.

3-      ¿Qué es necesario para que una novela interese a los lectores?
Puede parecer una fórmula mágica, pero no lo es. Una novela debe estar bien escrita, bien armada, con personajes desarrollados, que logre de inmediato entusiasmar al lector. El escritor debe prepararse académicamente; tener una cultura general lo más amplia posible; ser un lector habitual; investigar para que su relato sea coherente con los sucesos y con el tiempo en que transcurre. Por supuesto,el talento es indispensable. Sin embargo, hoy se da el fenómeno de buenas novelas que no llegan adecuadamente al mercado, mientras que novelas malas reciben mucha promoción y se convierten en éxito de ventas.

4-      ¿Cuáles son tus géneros favoritos en la lectura, tus autores y quiénes te han influido más?
Es una pregunta difícil de contestar, porque es como preguntar a una madre cuál de sus hijos es el favorito. Disfruto leer buenas novelas y cuentos, tanto clásicos como contemporáneos. Me gustan mucho Maupassant, Poe, Chejov y Cortázar. De los contemporáneos Luis López Nieves, Iwasaki y Gamboa. De los cubanos Antonio Alvarez Gil, Amir Valle, Arístides Vega Chapú, y Carlos Alberto Montaner. Hay muchos más, por supuesto, que no menciono por falta de espacio.

5-      ¿A qué te dedicas cuando no escribes?
A lo largo de mi vida adulta he sido empresaria. He servido en juntas de directores de varias organizaciones sin fines de lucro. Participé en un programa de radio semanal, dedicado a la literatura. Durante casi cuatro años entrevistamos a innumerables escritores de la isla y del extranjero.

6-      ¿Cuál es tu método de escritura y anotas lo que se te ocurre?
Tan pronto se me ocurre una idea, leo o veo algo que me parece interesante para usarlo enalgún escrito, lo anoto y lo archivo en mi computadora bajo “ideas útiles”.Para escribir necesito estar sola, en silencio, sin interrupciones, no importa en qué momento del día o la noche. El escritor es algo así como un lobo estepario. Antes de comenzar a escribir ya tengo toda la historia armada mentalmente, hago un bosquejo, organizo mis notas, describo las características de cada personaje. Me siento frente a la computadora sin esperar por las musas.Sin embargo, nada está escrito en piedra. Mientras escribo, muchas cosas pueden cambiar.


7-      ¿Sí pudieses ser un libro, cuál serías?
Me gustaría ser un libro apasionante, que atrapara al lector desde la primera línea, que fuera capaz de contar una historia atractiva, que lo hiciera emocionar hasta las lágrimas, que quisiera seguir leyendo cuando terminara de leer la última página y que se acordara de mi para siempre..

8-      ¿En qué proyecto te encuentras sumergida en estos momentos?
Escribo otra novela y leo mucho para documentar mi historia.

9-      ¿Se escribe por placer o también por dinero y reconocimiento?
Un buen escritor escribe primordialmente por placer. Lo demás viene por añadidura si la obra es buena y si ha tenido la suerte de estar en el momento adecuado y en el sitio preciso.

10-  ¿Dominas los recursos de estilo, las figuras literarias o escribes con estilo propio y sigues experimentando y aprendiendo?
Recibí una instrucción de excelencia al cursar la Maestría en Creación Literaria bajo la tutela de escritores y académicos magníficos y la dirección del doctor Luis López Nieves. Además, amo y respeto mi vernáculo. Aunque de vez en cuando resulte saludable hacer algunos experimentos en la escritura, soy bastante estructurada y me gusta seguir las reglas establecidas. Para trasgredir una regla primero hay que conocerla y dominarla.

11-  Se habla de que los escritores deben cuidar y ofrecer obras depuradas utilizando recursos narrativos o encuentras bien que lo que se cuenta, se limite a contar como se cuenta en la sobremesa?
Tanta ligereza y desnudez literaria no creo que resulte en buena literatura.

12-  ¿Regalas libros en alguna ocasión?
Muchas veces.Además, mis amigos y familiares saben que lo que más agradezco es que me regalen libros.

13-  ¿Crees que la literatura cubana está de moda y que el escritor, en tanto figura pública tiene responsabilidad social?
Por las circunstancias socio políticas por las que atraviesa Cuba desde hace ya muchos años,la literatura cubana de adentro ha quedado en un marasmo por falta de comunicación efectiva con el exterior. A su vez, los que vivimos fuera de la isla hemos sido influidos por otras corrientes culturales, sociales y políticas. Hoy vemos cómo ambos grupos tratan de acercarse y de definirse como algo unitario. Eso ha despertado cierta curiosidad en los lectores. Hay que verlo que sucederá dentro de unos años.

14-  ¿Cómo te ha cambiado el mundo de la tecnología y el e-book?
En todos los órdenes el mundo va a una velocidad vertiginosa porque la tecnología está presente hasta en lo más insignificante. Es algo imparable y la industria del libro no es la excepción. El libro electrónico llegó para quedarse, aunque todavía muchos lo rechacen como si fuera una aberración. Las nuevas generaciones serán el enlace natural. En mi caso, escribo en mi computadora y aprovecho al máximo los recursos tecnológicos de hoy, aunque prefiero sostener un libro en mis manos.

15-  ¿Sentías que habías nacido con vocación literaria, cuáles son tus verdaderos orígenes en ese sentido?
Nunca soñé con ser escritora, aunque sí era y soy muy aficionada a la lectura. En mi casa abundaban los libros. Mi mamá era profesora de español, a quien debo  una excelente preparación en el dominio de mi idioma. Mi papá era profesor de matemáticas y un lector irredento, al que recuerdo con un libro en la mano. A él le debo que me enseñara lo delicioso que es leer.

16-  ¿Lamentas que tu vida literaria no se hubiera desarrollado en otro medio más propicio?
Lo único que lamento es haber empezado a escribir tan tarde. Cuándo o cómo no me parece tan importante.

17-  ¿Crees que la literatura cubana a veces tiene serios altibajos?
La situación de Cuba no ha permitido ni estimulado el desarrollo adecuado de los escritores.Cuando se escribe bajo censura y represión, no hay libertad para contar lo que se quiere.

18-  ¿Qué libros han cambiadotu vida?
Casi todos los libros que he leído han dejado algo en mí. No podría señalar uno que de verdad me hubiera cambiado la vida. La relación entre escritor y lector es tan subjetiva, que lo que gusta a una persona pudiera no gustarle a otra.

19-  El regreso, la nostalgia, el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar. ¿Tienes la obsesión del regreso a tenor de los nuevos cambios?
Ojalá fuera tan fácil ese regreso que ya no es tan solo físico. Ambos grupos hemos sufrido mucho. Los de la isla han pasado lo suyo, como todos sabemos. Los de fuera hemos tenido que luchar mucho para abrirnos paso en otro país, desde cero, separados de la familia. Hemos tenido que asimilarnos y aprender a querer a esa otra tierra que de alguna manera se ha convertido también en nuestra patria. En mi caso, no sé si regresaría a vivir en Cuba. Mi vida está hecha en Puerto Rico, otra isla preciosa a la que quiero mucho. No me quedan ya muchos años para enfrentar un regreso al que tendría que adaptarme de nuevo. Los cubanos somos hoy dos países que habrá que luchar para que vuelvan a ser uno solo. Sospecho que habrán de pasar varias generaciones antes de lograrlo.

20-  ¿Has tenido que esquivarla censura en tus escritos?
¡Jamás! Vivo en un país democrático, con sus defectos y virtudes, donde podemos escribir sin temor a ser censurados o castigados. Si no fuera así, ya me habría ido a otro sitio.

21-  ¿Hay algún género más eficaz para trascribir la realidad cubana?
Todos los géneros son válidos. La literatura, por su característica íntima entre obra y lector, puede llegar de manera más efectiva.

22-  ¿Crees que la cultura cubana tiene déficit de monografías, memorias históricas que den profundidad a esta cultura? ¿Cómo se puede suplir este vacío?
Estamos ante un despertar de la cultura cubana. Si continúan los recientes intentos de apertura  por parte del régimen, se va a propiciar que haya un mayor acercamiento entre ambos grupos de escritores. A algunos les han permitido viajar al exterior para difundir su obra y  darse a conocer. Debemos reconocer la labor de algunos “buenos samaritanos” que se han propuesto ayudar a que los escritores cubanos nos conozcamos y nos apoyemos. Sobre todos, debo señalar al Dr. Manuel Alfredo Galguera, residente en Miami.

23-  ¿Sin memoria histórica no hay imaginación?
La memoria y el respeto a la historia son fundamentales. La historia, con sus muchas versiones, es una cantera de ideas para un escritor. Si no conocemos lo que antes sucedió, jamás vamos a saber dónde estamos ni hacia dónde nos dirigimos.

24-  ¿Qué objetivo persiguen tus libros?
He oído muchas veces que el objetivo principal de la literatura es entretener. Aunque concuerdo con eso, creo firmemente en que también debe educar. Mi novela Concierto para Leah transcurre entre el presente y la II Guerra Mundial, en el período del Holocausto. Muchos colegios privados y universidades la asignan como lectura obligatoria y me invitan a dar una charla a los jóvenes. Cuando hacen comentarios y me formulan preguntas, siento una gran satisfacción por el impacto que ha tenido en ellos, sobre todo porque hasta su lectura muchos no habían tenido la oportunidad de leer con profundidad sobre ese tema y hasta ignoraban que hubiera sido un evento tan terrible en la historia de la humanidad.  Al escucharlos, siento que mi novela ha cumplido también el objetivo de educar y crear conciencia.

25-  ¿Qué significado tiene para ti la ciudad donde has vivido la mayor parte del período de exilio?
Nací en La Habana, Cuba. Viví en Caracas, Venezuela desde 1961 hasta 1965, cuando me mudé a San Juan, Puerto Rico, donde todavía resido y donde nacieron mis hijas. Los puertorriqueños son generosos y hospitalarios, me han hecho sentir en casa. Puedo decir que soy “cubarriqueña”.

26-  ¿Qué mensaje deseas trasmitir a los cubanos y a sus lectores en el próximo año 2014?
Que apoyen la literatura cubana y latinoamericana para que haya una mejor difusión de nuestra obra. Ojalá que en los tiempos venideros veamos una integración total de los escritores de dentro y de fuera de Cuba, para que de verdad se pueda hablar de una literatura cubana.

Gracias por entrevistarme. Saludos.

Maira Landa
San Juan PR
CORTESÍA DE LA ESCRITORA MAIRA LANDA
 CORTESÍA DE LA ESCRITORA MAIRA LANDA

dimarts, 8 d’octubre del 2013

ENTREVISTA AL POETA RAFAEL VILCHES PROENZA

ENTREVISTA A RAFAEL VILCHES PROENZA                
  Por Juan Carlos Romero

RAFAEL VILCHES PROENZA (Vado del Yeso, 1965). 

Lic. Educación Artística en Artes Plásticas. Egresado del Centro de Formación
Literaria Onelio Jorge Cardoso. Premio Nacional de Poesía Manuel Navarro Luna,
2004 (El único hombre, Ediciones Orto, 2005.) y 2010 (País de fondo, Ediciones
Orto, 2011). Premio Nacional de Poesía, De la Ciudad de Holguín, 2005 (Trazado
en el polvo, Ediciones Holguín, 2006.). Premio Nacional de Poesía, La Enorme
Hoguera
, 2006 (A ambos lados la sombra, inédito). Mención Nósside Caribe, 2005.
Mención Premio Poesía UNEAC Julián del Casal, 2007. Premio Nacional de Poesía,
Centenario de Emilio Ballagas, UNEAC, 2008 (Tiro de gracia, Ediciones Holguín,
2010). Otros Libros: Ángeles Desamparados, novela, Ediciones Bayamo, 2001, El
Barco Ebrio, España, 2012. Dura silueta, La Luna, poesía, Ediciones Bayamo,
2003. Lunaciones, LetrAbierta, La Habana, 2012. Textos  suyos se han publicado
en España, Italia, New Zealand, Alemania, Puerto Rico, México, Honduras,Brasil,
Chile, Canadá, Argentina, EEUU y Cuba.


1- ¿En qué momento decidió que quería escribir?

Siempre he sido un soñador.
De pequeño mi tía Ermila Proenza Socarrás, hermana de mi madre, me leía libros.
Fue la primera y la única que me leyó libros.
Mi madre me contaba historias, como si fueran cuentos escandinavos. Ella no lo
sabía. Creo que aún no lo sabe.
Mi padre, nos hacía reír con sus cuentos. Él viene de una familia con una vis
cómica extraordinaria. Sus hermanos y hermanas, sus sobrinos y sobrinas, tienen
una facilidad para hacer cuentos y chistes, como para que cualquiera que los
escuche se desternille de la risa.
Mi abuelo materno Erade Proenza Almaguer y mi tío Ismael Proenza Socarrás,
improvisaban décimas, yo los escuchaba todo el santo día mientras trabajaban.Sé
que lo hacían inconscientemente. Es ahora que me percato de ello.
Mi abuela Liduvina Socarrás Gómez, también es una gran contadora de historias.
Con casi 90 años, rememora su pasado como si fuera un cuento antiguo, al igual
que mi tío Reinerio Proenza Almaguer, él es el historiador de la familia.
Consciente o no, comencé a escribir poesía hacia finales de la década del 70.
Estudiaba para hacerme técnico medio en Riego y Drenaje, en el Instituto
Politécnico de  Agronomía de mi pueblo. Jamás reparé en las cosas que tehe
dicho antes, pero sin dudas fueron preparando el camino.
Un día dos amigos del aula, que escribían poesía, Gerardo y Alexis, ambos de
Niquero, me dijeron que una bibliotecaria estaba conformando un taller
literario. No sabía qué era un taller literario, pero me fui a la biblioteca y
hablé con la bibliotecaria. No me admitió. Yo escribía poesía de amor. Paraella
la poesía tenía que tener un compromiso social. Identificarse con la patria.Con
el tiempo que se estaba viviendo.
Por suerte ya había llegado a mi vida Marquiza Lago Pompa. La persona que guió
mis primeras lecturas. Me puso en las manos los libros de los escritores rusos,
ingleses, franceses, norteamericanos y cubanos. Me mostró el camino.
Luego llegaron, Carlos Galindo Lena, Antonio Borrego, Nerio Rodríguez, Zoelia
Frómeta, Julio Sánchez Chang.
Comencé a escribir sin saber en el lio que me estaba metiendo, sin saber que
existían los escritores. Un buen día comencé a escribir y ya no paré más. Por
ahí más o menos están mis inicios como escritor.

2- ¿Qué le aporta la escritura y la literatura, piensas que vale todo en la
literatura?

La escritura y la literatura me aportan libertad. La libertad que la vidadiaria
y ordinaria no me aporta, la que no existe, la que no he encontrado en otrositio.
Me hace entrar en otros mundos.
Salir de la isla. Cosa que en la realidad jamás ha sucedido.
Sí, en la literatura se vale todo. Con esas libertades el escritor debe ser
honesto. Y es lo que trato de hacer. Por eso he publicado solo una novela,
ningún libro de cuentos, cinco libros de poesía, y una selección de mis poemas.

3- ¿Qué es necesario para que una novela interese a los lectores?

Soy de los que cree que una buena novela debe narrar. Contar una historia. No
importa lo experimental que sea.
Debe divertir. Me gustan las novelas que son opera prima. Todavía en ellas está
la inocencia del escritor. No hay mañas ni tecnicismos ni recursos literarios
sofisticados, como La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa, Tres tristes
tigres de Guillermo Cabrera Infante, Matarile de Guillermo Vidal, Lo peor deRay
Lorigas, María toda de Lourdes González, Cañón de retrocarga de Alejandro
Álvarez, No se lo digas a nadie de Jaime Baily. 
Es bueno tener una buena historia, saber contarla y no engañar al lector.

4- ¿Cuales son sus géneros favoritos en la lectura, sus autores y quiénes lehan
influido más?

Mis géneros favoritos para leer son, la novela, la poesía, el ensayo, la
biografía, el testimonio.
Hablar de influencias es muy arriesgado.
He sentido la influencia de escritores cercanos, los amigos de la infancia y la
adolescencia.
Pertenecí a un grupo literario con Zoelia Frómeta, † Gelasio Barrero, Carlos
Manuel Pérez, Juan Manuel Oliva, Rigoberto Jiménez, Omar Parada, y ManuelNavea.
Ellos y unos los amigos del barrio fueron mis primeras influencias. Luego la
farándula artística de los 90, trovadores como Miguel de la Cruz, Reymundo
López, †Juan  Carlos Segura Ortiz, y Fernando Aramís, el grupo de teatro
Andante, los pintores Rafael Rojas, Cristo Pino, Alexis Pantoja, Camilo
Carbonell, los amigos con los que en esos fundé un grupo de teatro aficionadoen
el barrio.
A lo largo de estos años, ellos y todos los libros que he leido y losescritores
con los que me reuní me aportaron todo.
La lista sería interminable.
Si hablara de los que se sumaron en Bayamo, Jiguaní, Manzanillo, Holguín, Las
Tunas, Guáimaro, y en el resto del país no acabaría jamás.
Esperas nombres.
Ahí van.
Lamento las posibles omisiones.
Quizás los que me influenciaron de verdad se oculten ahora en la memoria.
Aquí están algunos: José Martí, Rulfo, Lorca, Miguel Hernández, Juan Ramón
Jiménez, Franz Kafka, Borges, García Márquez, Cortázar, Bolaño, Amos Oz, Tomás
Harris, Bioy Casares, Günter  Grass, Humberto Eco, Vargas Llosa, OctavioPaz,
Delfín Prats, José Kozer, Rafael Alcides, Guillermo Vidal, Carlos Galindo,
Eduardo Heras, Ángel Santiesteban, Luis Felipe Rojas, Michael H Miranda, Ernest
Hemingway, William Faulkner, Walt Whitman.
Es incomodo mencionar autores. Se me quedan nombres como: Reinaldo García,
Zoelia Frómeta, Amir Valle, Manuel García, Luis Yuseff, José Luis Serrano,
Eliecer Almaguer, Carlos Esquivel, Toni Borrego, Ghabriel Pérez, MarielaVarona,
Diusmel Machado, Enmanuel Castells, Vicente Llambías, José Alberto Velázquez.
Tantos olvidos. Amigos con los que compartí lecturas y amistad.

5- ¿A qué se dedica cuando no escribe?

Cuando no escribo y el dinero me lo permite, viajo a ver a mis hijos y a losamigos.
Me dedico a amar.
Leo.
Amo para creer que el amor es eterno y la libertad cierta.


6- ¿Cuál es su método de escritura anota lo que se le ocurre?

Cuando escribo poesía, escribo donde nace el verso.
Con la novela no tengo método alguno. A veces surge una historia que creí eraun
cuento y comienzo a escribir.
Escribí Ángeles desamparados de un cuento que Guillermo Vidal me dijo era el
argumento de una novela.
Cuando tengo la novela terminada la reescribo y la reescribir.
Quizás sea por eso que después de Ángeles desamparados 2002, Ediciones Bayamo,
Editorial El Barco Ebrio, España, 2012, no he vuelto a entregar otra novela a
ninguna editorial. A pesar de estar hace años trabajando en tres proyectos.
Mi método es escribir cuando puedo. Ahora mismo estoy enganchado con una, pero
escribo cuando tengo tiempo.


7- ¿Sí pudiese ser un libro, cuál sería?

Es una  pregunta difícil.
Sé que se me han quedado libros por leer.
Te juro que ahora quisiera ser muchos libros.
Esa promiscuidad me da placer.
Saber que alguien escribió sabe Dios cómo, un libro el cual quisiera ser ahora,
es algo raro y maravilloso al mismo tiempo.
El vino del estío de Ray Bradbury.





8- ¿En qué proyecto se encuentra sumergido en estos momentos?

Ahora mismo estoy revisando y reescribiendo una novela. El titulo me lo regaló
un buen día, ese buenazo que es mi amigo, el escritor Ronel González. Y en tres
libros de poesía que tengo terminados se algún tiempo y les sigo pasando la
vista hasta que aparezca la editorial.

9- ¿Se escribe por placer o también por dinero y reconocimiento?

Primero está el placer. Escribo por placer y necesidad espiritual y por
compromiso, jamás pienso en el dinero cuando escribo.
Escribir es como entrar en mundos paralelos.
Ese placer me lo da la novela.
La poesía es casi siempre desde el dolor y hacia el dolor.
Si lo que escribo alguna vez me da dinero, bien venido sea.

10- ¿Dominas los recursos de estilo, las figuras literarias o escribes con
estilo propio y sigues experimentando y aprendiendo?

No sé si domino algo y no creo que me importe mucho.
No sé si lo hago bien.
En Cuba la crítica no existe. Los críticos generalmente escriben sobre lasobras
de las vacas sagradas.
Son los amigos los que reparan en los libros de uno: Amir Valle, Manuel Navea,
Carlos Manuel Pérez, Michael Hernández, Carlos Esquivel, Omar Parada, Manuel
García Verdecia, Luis Yuseff, Irela Cazañas, Eliecer Almaguer, Osmán Avilés,
José Alberto Velázquez, Ángel Larramendi, Enmanuel Castells, Zulema Gutiérrez,
Rubén Ricardo, Reynaldo Lastre, Juventina Soler, Amarilis Terga, Luis Pérez de
Castro, ellos se han aproximado como críticos a lo que he publicado.
Fui alumno fundador del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardosojunto
a otros amigos. Un sueño del Chino Eduardo Heras León, al lado de Ivonne
Galeano, ese ángel. Ahí no nos enseñaron a escribir. Sí a conocer los recursosy
herramientas con las que debe trabajar el escritor. Las técnicas se deben
asimilar y luego no volver a pensar en ellas.

11- Se habla que los escritores deben cuidar y ofrecer obras depuradas
utilizando recursos narrativos o encuentras bien que lo que se cuenta, selimite
a contar como se cuenta en la sobremesa?

Si vas a contar como si estuvieras en la sobremesa, debes logar que el lectorno
se percate de ello. 
Tienes que saber narrar. Lograr subyugarlo con tu verdad. Convencerlo de queesa
es la única verdad. De que eres Sherezada.
Me acabo de leer una novela que parece estar escrita con la mayor sencillez del
mundo, y está escrita con esa sencillez, El otro Gómez, del escritor argentino
Diego Paszkowski. Es una novela sin trucos. Sencillamente genial.

12. ¿Regalas libros en alguna ocasión?

Aunque hace poco me ha dicho en una entrevista el poeta cubano José Kozer que
los libros no se regalan, salvo en contadas ocasiones, yo sigo comprando y
regalando mis libros. Generalmente no están en las librerías, y los tengo que
comprar en los almacenes.
Siempre que conozco a alguien o me encuentro con un amigo, lo que tengo para
obsequiar, es mi amor y mis libros.
Claro, pienso como José Kozer, que los libros no se regalan.
Me ha dicho otro amigo: los libros de uno no se regalan porque entonces nadiete
lee.

12- ¿Crees que la literatura cubana esta de moda y que el escritor, en tanto
figura pública tiene responsabilidad social?

No sé si la literatura cubana está de moda. No tengo internet para estar al
tanto de ello. Sé que hay escritores cubanos como Leonardo Padura, Abilio
Estévez, José Kozer, Pedro Juan Gutiérrez, Amir Valle, Zoe Valdés, Reynaldo
Cañizares, Lorenzo Lunar, Rebeca Murga, Karla Suárez, Ena Lucía Portela, Andrés
Casanova, José Miguel Sánchez (Yoss) y otros, que publican en editoriales
importantes fuera de Cuba. Han logrado ubicarse en un circuito que otros no
hemos podido. Pero no creo que sea porque lo cubano esté de moda si no porque
son buenos escritores y por eso lo han logrado.
No creo en las modas.
Las modas como todo, pasan y hasta se olvidan.
Hay muy buena literatura escrita por cubanos, como por chinos, africanos,
hebreos,  etc.
Claro que el escritor tiene responsabilidad social. Pero no siempre la asume.
Hay mucho miedo.
Mucho resquemor, y la mayoría de los escritores están en su burbuja.
Hay mucha miseria humana.
Pánico.   

13- ¿Cómo le ha cambiado el mundo de la tecnología y el e-book?

Para mí la tecnología sigue siendo distante. Desconocida. Prohibida. 
Qué es un e-book?
Acaso un libro electrónico?
Perdona mi desconocimiento pero vivo en Cuba. 
Sería muy bueno poder contar con la tecnología de punta. Pero existen los
imposibles.


14- ¿Sentías que habías nacido con vocación literaria, cuales son tusverdaderos
orígenes en ese sentido?

La vocación a veces es un cuento de caminos. 
No piensas en ello cuando comienzas a hacer algo que verdaderamente te gusta.
Muchas veces la edad no te permite percatarte de ello. Donde nací no había
ningún escritor, y creo que nadie conocía a un escritor. En mi casa no habían
libros, solo unos paquetes de revistas El militante comunista que las había
llevado un tío y de ahí solo me interesaba leer una página sobre religión yotra
sobre mártires. Por suerte en la casa de mi abuela existían algunos libros, aún
conservo de esa pequeña biblioteca la primera edición de Flor de leyendas de
Miguel Alejandro Casonas con un prologo de Erminio Almendros, con unas
ilustraciones hermosas.   
Un día comienzas a escribir y ahí mismo te cambió la vida parasiempre.   

15- ¿Lamentas que tu vida literaria no se hubiera desarrollado en otro mediomás
propicio?

A estas alturas de la vida no creo que sea bueno estarse lamentando.
No soy masoquista.
Me alegra tener la familia y los amigos que tengo. Creo que la infancia fue
bella porque todavía la recuerdo con inocencia. Porque cuando acudo a esa
memoria recobrada encuentro agua para lo que escribo. Pero si te dijera que
estoy conforme con la vida que he vivido no me lo perdonaría.
Aun espero una vida y un sitio mejor para todos.

16- ¿Crees que la literatura cubana a veces tiene serios altibajos?

La literatura cubana como todas las literaturas tiene sus altas y sus bajas.
Pero no creo que los altibajos en Cuba no es de la literatura y sí de los
escritores.

17- ¿Qué libros han cambiado tu vida?

Sé que no te los voy a poner todos: Flor de leyenda, Platero y yo, El vino del
estío, La tierrita de Dios, El guardián en el trigal, Los detectives salvajes,
2666, Mientras agonizo, Tuyo es el reino, La ciudad y los perros, La casaverde,
Conversación en la catedral, La guerra del fin del mundo, Tres tristes tigres,
La Habana paraun infante difunto, El libro más triste del mundo, Hombres sin
mujer, Dichosos los que lloran, María Virginia está de vacaciones, HarryPotter,
El tambor de hojalata, Bomarzo, Matarile, Los pasos en la hierba, La guerratuvo
seis nombres, Las iníciales de la tierra, Condenados de condado, Un rey en el
jardín, Viendo agonizar al barbo rosa, Celestino antes del alba, Doy gracias a
Dios de ser ateo, Pasos de ciego, Agradecido como un perro, Para festejar el
ascenso de Ícaro, El agua en el agua, No buscan reflejarse, Índole, Los que
vivimos, Cien años de soledad, Pedro Paramo, El llano en llamas, Rayuela,Agosto
del 44, El principito, Veinte mil leguas de viaje submarino, La vuelta al mundo
en ochenta días, El perfume, El nombre de la rosa, El corredor de fondo, Lacaja
negra, Crónicas maravillosas, Guillermo Tell, Las aventuras de Tom Sawyer,
Huckleberry Finn, Pippi Calzaslargas, El libro de la selva, La tierra baldía,La
historia interminable, Momo, El garrancho de Garabuya, Robinson Crusoe, Los
viajes de Gulliver, Las mil y una noches, La isla del tesoro, La caja negra.
Creo que casi todos los libros que he leído me han cambiado la vida.
Sé que hay títulos que se me quedan en el olvido.



18. El regreso, la nostalgia, el sufrimiento causado por el deseo incumplido de
regresar. ¿Tienes la obsesión del regreso a tenor de los nuevos cambios?
Sí. Regresar a la infancia. A la inocencia. Recurrir a ese instante yrefugiarme
en la sinceridad de esos años. Creo que del único sitio que me he marchado con
dolor es de la infancia.

19. ¿Has tenido que esquivar la censura en tus escritos?

¿La censura? Me ha perseguido más en la vida, que en mi literatura.
Me han censurado cuando los libros ya están publicados, no antes. Aquí todos
escribimos esquivando la censura en lo escrito.  


20. ¿Hay algún género más eficaz para trascribir la realidad cubana?

El periodismo en Cuba no se encarga de esas cosas, y lo ha tenido que asumir la
literatura (el teatro, la poesía y la narrativa).
Los códigos que usamos los escritores cubanos tornan un tanto difícil lalectura
de la obra porque hay constantemente que ir descifrando claves, voces y
discursos para evitar la censura.

21. ¿Crees que la cultura cubana tiene déficit de monografías, memorias
históricas que den profundidad a esta cultura?; cómo se puede suplir estevacío?

Sí.  Se suple publicando libros de monografías, memorias históricas queden
profundidad a la cultura cubana. Conozco a autores con libros que no los han
podido colocar en ninguna editorial y otros que los han tenido que publicar en
el extranjero. 

22. ¿Sin memoria histórica no hay imaginación?

Los escritores cubanos hemos tenido que apelar a la memoria. Recurrir a
testigos, escuchar a las personas en la calle, en las colas del pan, de las
guaguas (ómnibus), a los viejos en los parques.
Hay muchas cuestiones de la historia de Cuba que no está recogida en ninguna
parte. Sé que la imaginación del escritor siempre va a ir por encima de las
carencias gráficas. Lo de la memoria histórica y la imaginación es relativo.
Cuando el escritor cubano cuenta su realidad parece que está hablando del
imaginario, porque las cosas que ocurren en Cuba son imposibles de imaginar si
no las has vivido.

23. ¿Qué significado tiene para ti la ciudad dónde has vivido la mayor parte de
tu vida?

Soy un ciudadano de Cuba.
Digo esto porque he vivido en Vado del Yeso, La Habana, Guantánamo,Santiago de
Cuba, Bayamo, Holguín, Santa Clara. Pueda que se me quede algún sitio.
Viví 14 años en Holguín. Hace apenas tres meses me establecí en Santa Clara.
La ciudad de Holguín y su gente fueron muy bondadosa conmigo.
Ahora en la distancia, veo y siento la falta que me hacen familiares y amigos
En mi poesía están los parques de Holguín, sus lomas, su gente, todo.
La familia y los amigos son la patria del poeta.
Por eso soy capaz de dejarme matar.
Ellos saben.

24. ¿Qué objetivo persiguen sus libros?

¿Mis libros? Que me lean.
Una manera de disentir en solitario y luego hacerlo público.
Testificar el tiempo vivido.
Sentirme libre e intentar la libertad de expresarme.
Denunciar.
Ahí está mi novela Ángeles desamparados, Ediciones Bayamo, 2001, El BarcoEbrio,
España, 2012 ( 
www.elbarcoebrio.com  ).
Una denuncia abierta a lo que fueron o son las becas en Cuba.
Yo puedo decir que siendo un niño, estuve en un campo de concentración, y nadie
podrá jamás convencerme de lo contrario.
Ahí está la novela para que la lean como un testimonio.
Quizás por eso soy como soy.

25. ¿A quién le dedicas mentalmente tus poemas?

Mis poemas están dedicados a los lectores.
A las mujeres que he amado.
A la familia.
Los amigos.
A la patria.
Las tiradas de mis libros no han pasado de mil ejemplares. No sé si me hanleído.
No sé si existo para mi país como poeta o como narrador.
Les dedico mentalmente mis poemas a las personas que amo. Estoy convencido que
la poesía sana y salva.
Me considero un escritor inédito.

26. ¿Qué mensaje desea trasmitirle a los cubanos y a sus lectores en el próximo
año 2014?

A los cubanos, donde quiera que se encuentren, Cuba es la patria.
Cuba nos pertenece por igual a todos.
En Cuba tienen todas las puertas abiertas.
A mis lectores si es que existen me gustaría conocerlos, que en 2014 nospodamos
sentar a beber un trago de ron, un buen café, un refresco o la palabra, sin
miedos ni resquemores.

A los cubanos de aquí, y a los de allá, somos eso, cubanos, suficiente para
amarnos, la puerta de mi cariño queda abierta en la paz y la tempestad, nunca
duden en tocar en mi pecho.