ENTREVISTA A Teresa Dovalpage Sobre el conjunto de su obra Para Anika entre Libros
Por Joseph B Macgregor y Marta Farreras
Teresa Dovalpage es una autora cubana, aunque reside actualmente en Estados Unidos y tiene un doctorado en literatura latinoamericana por la Universidad de Nuevo México. Ha publicado tres novelas: A Girl like Che Guevara (2004, Soho Press) y Posesas de La Habana (2004, PurePlay Press), en Estados Unidos, y Muerte de un murciano en La Habana (Anagrama, 2006, finalista del premio Herralde) en España, así como artículos y cuentos en Hispanic Magazine, Latina Style, Hispanic Culture Review, Rosebud, Latino Today, El Nuevo Herald y Revista Baquiana. También ha estrenado una obra de teatro, La hija de La Llorona, basada en un nuevo mito mexicano. Acaba de ganar el concurso Rincón de la Victoria con su novela corta El difunto Fidel, que será publicada por la editorial Renacimiento este año. Su página web es www.dovalpage.com.
Teresa es una escritora relativamente desconocida en España pero algunos pudimos descubrirla gracias a su novela editada por Anagrama MUERTE DE UN MURCIANO EN LA HABANA que fue finalista del Premio Herralde. En su último libro, POR CULPA DE CANDELA, no publicado en España, reúne una colección de cuentos cortos, rápidos, divertidos y muy ágiles protagonizados por gente de su país que viven en fuera de Cuba o que quieren salir de la Isla para encontrar una vida mejor.
MF: ¿Cuándo empezaste a escribir?
TD: Desde que era adolescente me entretenía emborronando cuartillas. Y cuando me modernicé, seguí tecleando en una Underwood del año del ruido. Siempre he sido muy empollona (en Cuba diríamos comelibros) y como tampoco había muchos opciones para divertirse en La Habana de los ochenta, pues empecé a escribir desde entonces. Unos cuentos horribles, según mi madre.
MF: Uno de los autores que más han influido en tu obra ha sido el cubano Pedro Juan Gutiérrez, pero aparte de él ¿qué otros has tenido presente en tus novelas o cuentos?
TD: Mis autores favoritos son de la madre patria: Galdós y Clarín. De hecho, LA REGENTA es mi libro favorito, podría hasta recitarte algunos fragmentos de memoria. El estilo, la sandunga de estos dos españoles me encanta, y soy tan, pero tan fresca, que estoy escribiendo mi propio “final de LA REGENTA.” Mientras don Leopoldo no resucite para entrarme a bien merecidos escobazos…
MF: ¿Cual es la técnica narrativa que más dificultades te crea o la que crees que necesita más trabajo por parte de un escritor: la creación de personajes verosímiles, la estructura, el diálogo quizá?
TD: La estructura, definitivamente. Al revisar un manuscrito que había terminado hace varios meses me di cuenta de que tenía dos historias dentro de la trama; dos hilos argumentales y un batiburrillo de personajes que no tenían por qué aparecer juntos en la misma novela. Después de una buena revisión, ésta se convirtió en dos y hasta me sobró material para un cuento.
JBM: ¿Por optas casi siempre por narrar en primera persona tanto en cuentos como en novelas?
TD: Hum....la verdad es que no había pensando en eso. Escribo como “me llega” el argumento. Pero los dos manuscritos en que se convirtió la novela de marras están narrados en tercera persona, igual que MUERTE DE UN MURCIANO EN LA HABANA. Y como lectora, prefiero leer algo narrado en tercera persona también. Chico, ¡buena pregunta! Me ha puesto a pensar…quizá he abusado demasiado de la primera persona, tendré más cuidado con el asunto a partir de ahora.
JBM: ¿Y cómo resuelves tus bloqueos creativos?
TD: No padezco de bloqueos creativos. Tengo en la cabeza más historias de las que alcanzo a escribir. Algunas serán buenas, otras regulares y otras malísimas, sin dudas, pero ideas me no faltan.
MF: ¿Qué piensas de los concursos literarios en el ámbito de la lengua hispana?
TD: Hombre, pues ahora que acaban de avisarme que gané el de novela corta Rincón de la Victoria, ¿qué te voy a decir? ¡Magníficos! Que hay que seguir mandando manuscritos a cuanta convocatoria se abra. Adelante con los faroles…
En serio, creo que son una tremenda oportunidad para darse a conocer. Por otro lado, cuando una novela se publica en condiciones “normales” está en competencia con un montón de títulos en cuanto a atención de los lectores y publicidad. Pero cuando se gana un concurso (grande o chico, no importa) se recibe una difusión especial y una cobertura que no es nada desdeñable.
MF: ¿Son un recurso válido para escritores desconocidos?
TD: ¡Sí, definitivamente! Disculpa por ponerme de ejemplo, pero cuando MUERTE DE UN MURCIANO quedó finalista del Herralde a mí en España no me conocían ni las moscas. Sólo había publicado una novela en español aquí en Estados Unidos (POSESAS DE LA HABANA) y otra en inglés (A GIRL LIKE CHE GUEVARA), pero nada del otro lado del charco.
JBM: ¿Qué características esenciales piensas que te definen como narradora?
TD: Me gustaría pensar que el buen manejo del lenguaje y cierto sentido del humor, el choteo criollo.
JBM: Me llama la atención lo bien que sabes conjugar ternura y sensibilidad con episodios en donde lo escatológico está presente…
TD: Gracias. Eso lo aprendí de mi progenitora, que igual me llama cabrona chiquita que me da un beso y me dice maravillas, al estilo de las madres de hijos perdidos en novelas decimonónicas.
MF: Sobre el cuento como género hay disparidad de opiniones: hay quien considera que es un género menor, mientras que otros opinan que la novela es un género fácil y que el relato es más meritorio ¿Cuál es tu opinión a ese respecto?
TD: Es difícil de contestar esta pregunta. Desde luego, una novela, incluso una novela corta, lleva más trabajo que un cuento. Toma más tiempo y energía. Pero un cuento, para que sea bueno, debe también cumplir una porción de requisitos (economía de lenguaje, final impactante) que tampoco se logran en un par de horas de escritura. Entonces, me parece injusto comparar los dos géneros en cuestión de méritos, es un poco como lo de poner en el mismo saco peras y patatas.
JBM: Sé que eres muy poco partidaria de hablar de política y que te defines como apolítica, sin embargo en muchos de tus cuentos si reflejas la realidad de las gentes de tu país ¿No es una forma de hacer política?
TD: Sí, por supuesto. Y soy la primera en decir que no me gusta el gobierno de mi país, por eso me largué. A lo que me refiero con esa afirmación es a que no me agrada meter la política a pulso dentro de una obra literaria. Creo que fue Celia Cruz quien dijo que cuando la política entraba por una puerta, el arte se iba por la ventana. (Y acabo de citar a mi personaje de “¿Corruptora de menores, yo?”) Bueno, espero que la cita de Celia Cruz, sea verdadera. Respondiendo a tu pregunta, sí, la escritura es una forma de hacer política, pero no de empujársela a los lectores por la garganta como si se tratara de un purgante.
JBM: Por otro lado, a veces tus personajes protagonizan situaciones
escatológicas en mitad de un acto patriotero. Destaco en ese sentido el momento en el cual Teo va en su bicicleta, con mucha prisa, y detiene su carrera porque un acto en honor de Elián, el famoso niño que fue devuelto a Cuba, le impide el paso. Los discursos de los que participan en el homenaje se mezclan con las ganas imperiosas de hacer de cuerpo de Teo (expresadas a través de lo que está pensando en ese momento), dando lugar a una situación angustiosa pero realmente muy divertida. Y hay algún otro cuento en lo que esto también ocurre.
TD: Cuando escribí esa escena de MUERTE DE UN MURCIANO, te confieso que no puse las ganas de hacer de cuerpo (me encanta esa manera tan española de decirlo) junto al acto político con intención. Los actos políticos duran tanto que no es raro que una sienta la necesidad de defecar u orinar en medio de ellos —a mí me pasó un montón de veces allá en La Habana. De modo que esa escenita sólo tenía el propósito de acentuar el realismo de la historia. Pero ya luego me di cuenta de que podía sacársele más jugo a la situación y se me ocurrió mezclar los parlamentos y lo que pasa por la mente del personaje para enfatizar el efecto.
JBM: Tanto en MUERTE DE UN MURCIANO… cómo en algunos de los cuentos incluidos en POR CULPA DE CANDELA (“¿Corruptora de menores, yo?”), está muy presente la zarzuela ¿Por qué razón?
TD: Es que me encantan las zarzuelas, desde niña. Me abuela se pasaba la vida cantándolas y tenía una colección de discos antiguos: La revoltosa, La viuda alegre, Los gavilanes… Yo terminé aprendiéndomelas de memoria, a ver qué remedio me quedaba. La última vez que estuve en España me zumbé a un FNAC y compré un montón de CDs de zarzuelas. Recuerdo que la chica de la caja me miró con mucha curiosidad.
JBM: También algunos toman como una excusa una canción “Si a tu ventana viene una paloma” o son un homenaje al cine (La virgen se llama Juana" / Arsénico y encaje antiguo).
TD: Sí, es divertido enredar canciones en los textos. Y las viejitas de Arsénico… siempre me han estado rondando. Yo sabía que se me meterían en un cuento cuando menos me lo esperase.
Hace poco, leyendo un libro magnífico, CUBA PER SE, una recopilación de entrevistas que Armando Chávez Rivera hizo a un grupo de escritores cubanos dispersos por el mundo, me llamó la atención el hecho de que para muchos de mis colegas y coterráneos escribir es un acto doloroso, casi de sufrimiento o penitencia. (Mi entrevista suena como la más superficial de todas, me temo). Pero lo cierto es que disfruto enormemente jugando con canciones, escenas de cine, de teatro, etc. en mis cuentos y novelas. Escribir es para mí un acto lúdico y lo disfruto todo el tiempo.
JBM: En POR CULPA DE CANDELA incluyes algunos cuentos en los que aparecen algunos personajes de MUERTE DE UN MURCIANO… (Maricari, su madre, Teo) ¿Estos relatos son anteriores o posteriores a la novela? Y si son posteriores ¿Por qué has vuelto a ellos?
TD: Originalmente eran parte de la novela. Pero terminé podándola de la infancia de los personajes para que quedase más compacta y fluyera mejor. Ahora, en cuanto se me presentó una oportunidad de poner los retazos en circulación, lo hice. Como decía mi abuela gallega (que sabía cómo lograr la más completa utilización de los cerdos): “hasta las orejas se usan.” No sé si será un buen axioma en literatura, pero en fin…
JBM: En “Literatura femenina”, otro de los cuentos incluidos en POR CULPA DE CANDELA haces una crítica mordaz a ese tipo de literatura pensada para mujeres.
TD: En realidad me burlo más de las “críticas” que se dedican a desmenuzar estas novelas que de las escritoras. Marcela Serrano es una buena autora, las que me llenan la cachimba de tierra son quienes se entretienen en disecar su obra.
JBM: De todos modos, me da la impresión de que practicas un feminismo muy sui generis ya que en muchos de tus cuentos o novelas parece que el peor enemigo de la mujer es la mujer, ya que con frecuencia se hacen faenas las unas a las otras, les engañan con sus novios o se estafan entre ellas.
TD: Es que soy partidaria del realismo. No completamente sucio, pero sí que se pueda tocar y hasta oler, si viene al caso. Eso de las amigas perfectas nada más se da en las telenovelas. Y como nunca he soportado los culebrones…
MF: Aparte de los que aparecen en POR CULPA DE CANDELA has publicado cuentos en la revista también electrónica Belascoaín y Neptuno que dirige Alexis Romay, otro escritor cubano ¿Qué ventajas y que inconvenientes encuentras en escribir para la red?
TD: No creo que haya ningún inconveniente en publicar en la red mientras el autor mantenga los derechos sobre los materiales publicados. Es una excelente manera de difundir la obra y de generar publicidad gratis. Varias personas me han escrito contándome que después que leyeron algo mío en la red fueron a comprar mis novelas. Es un recurso que hay que aprovechar, ya que está ahí a la mano y no cuesta nada. Alexis Romay me da cedido amablemente un espacio todos los viernes para publicar en su blog mis Esquinitas habaneras, una columna dedicada a rememorar alguna zona de la ciudad.
MF: Durante la época del boom latinoamericano los autores hispanoamericanos mezclaban en sus obras el realismo, la fantasía y la sátira. En el caso concreto de los cubanos incluían también porno/erotismo literario ¿Dirías que el erotismo es indispensable en tu obra?
TD: No, pienso que no. Aparece una escena erótica cuando corresponde a las peripecias de los personajes, pero no me parece indispensable que las tales peripecias terminen entre sábanas. Considero el erotismo un tema como cualquier otro, no un elemento imprescindible.
JBM: Escribes en ingles (A GIRL LIKE CHE GUEVARA, Soho Press 2004), háblanos un poco de esta faceta.
TD: Aunque me agrada la posibilidad de expresarme en dos idiomas y de llegar así a mayor cantidad de lectores, me resulta más difícil escribir en inglés, claro. En ese caso prefiero apoyarme en las descripciones más que en los diálogos, porque, aunque llevo doce años viviendo en Estados Unidos, siento que aún me falta un conocimiento completo del lenguaje vernáculo, del slang. Esa chispa es lo que hace un diálogo vivo, real. La ventaja es que si meto la pata en algo los lectores siempre le pueden echar la culpa a mi cubanidad (oh, ése es un giro isleño) y no van a pensar que se me trastocaron los cables lingüísticos.
MF: Pero ¿a cuantos idiomas han traducido tus obras?
TD: MUERTE DE UN MURCIANO se tradujo al italiano y lo publicará la editorial Guanda este año. POSESAS DE LA HABANA se está traduciendo al inglés. No por mí, pues aunque puedo escribir directamente en inglés a la hora de traducirme yo misma me hago un rollo.
MF: ¿Cómo explicarías la falta de traducción de otros libros tuyos en inglés?
TD: Pues no lo sé, pero por falta de interés mío no es…mira que fastidio a mis agentes para que me consigan traducciones.
MF: Divides tu tiempo entre la universidad y el escribir por lo que supongo que debes tener poco tiempo para leer, pero ¿cuáles son los escritores u obras que siempre te acompañan?
TD: Después de defender mi disertación doctoral y de graduarme ya tengo mucho más espacio para la lectura por el puro placer. Y ahora vivo en Taos, un pueblito precioso al norte del Nuevo México, un sitio tranquilo en el que me queda bastante tiempo para dedicarme a la literatura en todos sus aspectos. Como te decía antes, Clarín y Galdós siempre van conmigo a todas partes, hasta me traje ejemplares de sus libros de Cuba “por si acaso.” De los contemporáneos, me encanta Abilio Estévez, mi compatriota, a quien le hago un homenaje en una novela en que estoy trabajando ahora. También Álvaro Pombo, Mauricio Wiesenthal, Almudena Grandes, Rosa Montero... Y Pedro Juan, desde luego.
MF: ¿A qué tipo de libros vuelves siempre para releer?
TD: Como te decía antes, a cualquiera de las novelas de Galdós o de Alas, a LA REGENTA…
MF: ¿Crees que escribir sirve de valor catártico?
TD: A veces sí. Otras, de simple diversión. En mi caso suele tener más de regodeo que de catarsis. La mayoría de las veces se trata de situaciones inventadas que tienen muy poco, o nada, que ver conmigo.
EL DIFUNTO FIDEL, la novela corta que ganó el premio de Rincón de la Victoria era originalmente una obra de teatro. Rosario Vargas, la directora del Teatro Aguijón de Chicago, nos pidió a un grupo de autores tomar la idea del sueño americano que aparece en LA MUERTE DE UN VIAJANTE y ajustarla a las circunstancias de un emigrante hispano en Estados Unidos. Eso fue hace varios meses, cuando la crisis de las hipotecas estaba en su apogeo (bueno, todavía sigue el brete) y por eso se me ocurrió contar la historia de un agente de bienes raíces cuyo negocio se hunde con los últimos acontecimientos. Así surgió HASTA QUE EL MORTGAGE NOS SEPARE, que es el título de la pieza. Cuán catártica sea para los espectadores, eso no lo sé. Se va a poner en escena en mayo de este año.
MF: ¿Piensas que la literatura es la vida o por el contrario no es la vida aunque se inspire en ella?
TD: Bueno, no, la literatura no es la vida por más que se inspire en ella. Cuando yo tengo ganas de comerme un bisté con arroz congrí, por mucho que escriba sobre su sabor, su olor, las sazones que lleva… no se me va a quitar el hambre. Si no me levanto y me los preparo yo misma, me quedo con hambre aunque escriba veinte cuartillas.
MF: ¿Podrías avanzarnos algunos detalles de tus inminentes proyectos?
TD: Estoy terminando una novelita en que retomo a un personaje de POSESAS DE LA HABANA y lo mezclo muy frescamente con la Blanche DuBois de Tennessee Williams. La locura es un tema que me apasiona, quizá por aquello de que una debe escribir sobre los temas que conoce bien… Y la pasión por el teatro, que me transmitieron Rosario Vargas y Aguijón, es ahora parte de mi vida. Creo que ya nunca dejaré de escribir para la escena.
Feminist fatale
Fa 12 anys
1 comentari:
Buena entrevista, muy esclarecedora, a propósito de esta autora interesantísima.
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